En los Andes peruanos, dos hermanos son criados en aislamiento por su padre, un pintor de Tablas de Sarhua que intercambia su arte por provisiones, mientras sus hijos le esperan, cuidados por sus perros. Una mañana, Diógenes no se despierta. Sabina y Santiago conviven durante tres días con el cadáver de su padre, anhelando que abra los ojos. Tras reconocer su muerte, irán en busca de su pasado.