En la isla de Tahití, en la Polinesia Francesa, el Alto Comisario de la República, de Roller (Benoît Magimel), representante del Estado francés, es un hombre calculador y de modales impecables. De Roller toma constantemente el pulso a una población de la que puede surgir la ira en cualquier momento. Y ahora más con un rumor que se hace recurrente: se ha avistado un submarino cuya presencia fantasmal anunciaría el regreso de las pruebas nucleares francesas.