Andrés tiene un problema tan sencillo como crucial, uno de esos que le pueden suceder a cualquiera: su zapato derecho tiene un roto enorme en la punta, tan grande que el dedo gordo del pie parece querer escapar a través de él. Normalmente esto no importaría, pero al día siguiente será el baile del colegio y Mariana, la niña de sus amores, le ha insistido en que quiere bailar con él. Andrés tiene un solo día para ingeniárselas y arreglar su único par de zapatos o conseguir unos nuevos.